Con una antigüedad de más de 260 años en Guanajuato, la imagen de Jesús crucificado conocida como el Señor del Buen Viaje mantiene viva la fe cristiana entre los vecinos del barrio de la Alameda y otros aledaños, que en estos días organizan en forma entusiasta la fiesta anual en honor de su santo patrono que será el domingo 31 de agosto.
De acuerdo a las crónicas que se conservan en los archivos de la capilla que resguarda la imagen, ésta fue traída a Guanajuato en 1756 por un español de nombre Domingo Somoza, luego de una travesía por mar que estuvo llena de calamidades, en la que los desesperados navegantes imploraron al Cristo que les permitiera llegar con vida a su destino.
Se cuenta que en esa ocasión se obró un milagro, cuando las tempestuosas aguas que surcaba el barco que transportaba el crucifijo se calmaban únicamente a su paso, aunque el mal temporal continuaba en las inmediaciones, y de esta forma los viajeros encabezados por don Domingo Somoza pudieron llegar a Veracruz y luego a Guanajuato.
Desde entonces a la imagen se le designó como el Señor del Buen Viaje, la que luego de su llegada al puerto en el año de 1750 fue objeto de gran veneración por parte de los marineros, hasta que don Domingo la trajo a Guanajuato seis años más tarde, para lo cual mandó edificar una pequeña capilla en un terreno “en la subida como quien va para las Mazahuas”.
El sacro recinto, aunque rudimentario, fue concluido hasta 1798 cuando ya la fe de la gente veía en la imagen a un Cristo muy milagroso, y aunque no se sabe a ciencia cierta, pero es posible que desde esa época hayan iniciado las fiestas en su honor el último domingo del mes de agosto.
En el año de 1871 era ya insuficiente el espacio de la capilla para dar cabida a los cientos de creyentes que acudían a implorar favores al Señor del Buen Viaje, especialmente gente que tenía que salir de la ciudad o esperaba a familiares que venían de lejanas tierras, y es entonces cuando se toma la decisión de hacer más grande el sacro recinto de la Alameda.
Para el efecto el viejo techo de madera que amenazaba ruina es sustituido por bóvedas, y el Cristo milagroso es llevado a la Parroquia mientras se realizan los trabajos de ampliación en los cuales contribuyen generosamente los vecinos aportando dinero, así como albañiles y sus ayudantes que participan en las obras sin cobrar ni un solo centavo.
La reedificación concluye el 9 de octubre de 1873 cuando el nuevo templo es bendecido por el presbítero Lucio Marmolejo, y aunque se contemplaba que el Señor del Buen Viaje fuese llevado a su nueva casa en procesión desde la Parroquia, esto no se pudo hacer dado que la ciudad estaba todavía herida por la terrible inundación del reciente 20 de agosto.
La imagen entonces es conducida en forma discreta al templo ya restaurado, donde el 13 de octubre se oficia una misa para solemnizar el estreno del edificio y la llegada del estimado Cristo, y a partir de entonces el fervor crece por parte de la feligresía católica de los barrios de la Alameda, Masaguas, Calzada de Guadalupe, El Baratillo y muchos más.
Es así que las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX el culto al Señor del Buen Viaje va en aumento, y para dar más realce a esta divinidad nace la Hermandad de Cargadores el 28 de julio de 1912, integrada por fervorosos vecinos cuya misión es incentivar la fe cristiana y organizar las festividades anuales en honor de la venerada imagen.